Días 18 y 19: Christchurch y vuelta a Barcelona
Hoy ya no me toca madrugar, mañana por la mañana sale mi avión de vuelta a casa. Hoy voy a aprovechar para acabar de dar una vuelta por Christchurch, devolver el coche, y a prepararme para la larga vuelta.
Christchurch
Considerada como una de las ciudades más cosmopolitas de nueva Zelanda, Christchurch es lamentablemente conocida por la increíble labor que está realizando, junto a sus habitantes, por superar uno de los desastres naturales más importantes que ha sufrido el país: los terremotos del 2010 y 2011 que dejaron casi 200 muertos. Aquí os dejo la página oficial.

Regent Street
Una de las calles principales y con más vida de la ciudad. Además, siempre puedes parar en uno de sus múltiples restaurantes para disfrutar de la gastronomía local.
Catedral Square
Se encuentra en el corazón del centro histórico, aun medio derruido por culpa del terremoto. Su visita es imposible, pero es interesante pasear por sus inmediaciones para descubrir la magnitud de aquellos desastres naturales. Construida en 1881 a día de hoy todavía no se ha iniciado la restauración a la espera de si conservan lo poco que ha quedado o la renuevan por completo.

También puedes visitar el jardín botánico, la Catedral del Cartón o Arts center.
Es hora de ir hacia el hotel y poner punto final a este viaje, soñado por muchos, y del que me siento muy afortunado de haber podido realizar. En esta ciudad, me alojo en el Jucy Snooze, un albergue muy moderno con capsulas como las de Japón. Realmente cómodo, limpio y agradable con unas estancias comunes increíbles y que es la mejor forma, tanto por comodidad, justo cerca del aeropuerto, como por precio, de poder alojarte unos días por la ciudad.
Vuelo Christchurch-barcelona
Mi vuelo sale a las 10:50 hacia Barcelona, con escala en Singapur i Zúrich. El vuelo sale puntual, vuelo con una de las mejores compañías del mundo y no esperaba menos. Llego después de más de 11 horas a Singapur, donde esta vez solo tengo una escala de 3 horas, las justas para poder estirar un poco las piernas, disfrutar de uno de los mejores aeropuertos del mundo, comer alguna cosa y volver a subir en el avión que me llevara dirección suiza. A las 6 de la mañana del día siguiente llego también puntual y sin problemas a Zúrich, donde tengo una escala de poco más de una hora, lo justo para poder hacer el trasbordo, que por suerte ya me conocía un poco gracias al trayecto de ida.

A las 9 de la mañana llego a Barcelona después de unas 30 horas de vuelos y escalas. No puedo parar de pensar en todo lo vivido, y las experiencias increíbles en las que en 3 semanas he podido vivir. No quiero pensar que todo ha acabado, si no que me toca esperar unos meses para volver a empezar otra aventura, esta vez, a la costa oeste de los estados unidos.