Día 7: Haeinsa, la tripitaka Coreana
Este templo es sin duda, una de las mejores cosas que hacer y visitar en Corea del Sur. Está ubicado en las laderas inferiores de la Montaña Gayasan, rodeado de bosques y arroyos. Este lugar es uno de los parques nacionales más bonitos del país y un lugar perfecto para practicar otras actividades como el senderismo. La historia del lugar comienza allá por el año 802 cuando dos monjes budistas fundaron este templo.

Sin embargo, la vida del templo no ha sido precisamente tranquila, ya que ha tenido que ser reconstruido en varias ocasiones. La mayor de estas reconstrucciones tuvo lugar en el año 1818 tras un gran incendio que destruyó todo el complejo excepto la sala que guarda uno de los mayores tesoros de Corea del Sur, la Tripitaka. Aquí te dejo más información.
¿Cómo llegar?
Después de hacer noche e Daegu, me dirijo bien temprano en metro hasta la West Daegu Express Bus Terminal para llegar hasta el templo. Veréis que en Corea, y también nos pasará luego en china, suelen tener 4 terminales, una por cada punto cardinal. Es muy importante saber a dónde vas y donde llegas y desde donde sale el tren, pues puedes perderlo fácilmente si te equivocas de terminal, ya que para llegar a la siguiente deberás cruzar parte de las ciudades.

Una vez ya en la Puerta del templo, pasaras por algunos sencillos puestos de comida, y un poco más adelante te encontraras con una especie de plaza con varios monumentos de piedra en honor a los patriarcas del templo.
Me sorprende porque estoy totalment solo, hay una señora rezando y dando vueltas a la pagoda principal, en el vídeo del final del post lo podrás ver, donde me siento y observo ese ritual.

Después de cruzar varias puertas típicas me encuentro ya en la plaza principal del templo, y cada vez estoy más contento de poder visitar este país en temporada baja, ya que no se ve nadie exceptuando alguna persona mayor rezando y paseando.
Templo de Haeinsa
En esta gran plaza principal encontraremos varios edificios, entre ellos uno que hace a veces de cafetería, librería y tienda de recuerdos. También está el pabellón Bokyeongdang que alberga el buda original aunqué actualmente su principal función es la de servir de salón de actos, pero la construcción más llamativa es la campana, que se encuentra al fondo de la entrada, una estructura increíble y llena de detalles por la que estarás un buen rato mirándola. Justo al lado hay la típica fuente de purificación de todos los templos budistas.
Un poco más arriba, hay el patio principal donde se puede visitar el pabellón principal Daejeokwangjeon. En su interior se venera al Busa Vairocana, icono del budismo Mahayan al que generalmente se ve como un Buda universal.

En la entrada de este pabellón, veo varios pares de zapatos en la puerta, y justo una señora me ve, y me invita a entrar. Justo entro con mis cámaras y lo que veo a dentro es increíble, una decena de budas y persona mayores rezando con el típico ritual del cual me siento totalmente integrado. Me siento un afortunado, ya que creo que este espectáculo no está abierto a turistas, y yo me encuentro justo en medio y puedo contemplar durante casi 1 hora todas aquellas oraciones y costumbres típicas.
Justo al salir, la misma señora que me invito a entrar, me dice ( en signos, por supuesto, aquí el inglés brilla por su ausencia, y mi coreano solo llega al Si, No y Gracias) . Con unos signos típicos de comida, me invita a comer en una especia de gran comedor juntamente con los residentes del templo. El día está siendo inigualable, y si bien el templo es una de las mejores visitas de todo el país, poder integrarte y conocer más afondo la cultura, rodeado de gente con la que ni siquiera puedes comunicarte, está elevando este viaje al mismo nivel del que para mí es de momento, el mejor de mi vida, Nueva Zelanda.

Tripitaka Coreana
Después de comer una especie de sopa y un tipo de algas muy picante me despido de ellos, y me dirijo al Norte del complejo, donde poder visitar la que es la joya de la corona, la Tripitaka Coreana.
Formado por cuatro pabellones es una obra de ingeniería medieval que tuvo que ser construida utilizando técnicas arquitectónicas que ayudasen a mantener unos niveles determinados de humedad durante todo el año, siendo necesario para ello bloquear los húmedos vientos del sur en verano y durante el invierno controlarlos fríos vientos del Norte. Por ello, sus ventanas son de distintos tamaños y en todo el recinto hay una mezcla especial de material destinados a absorber la humedad para evitar el enmohecimiento de la Tripitaka.

Todo y estar completamente solo, hay 2 o 3 guardias que no me quitan ojo, es uno de sus tesoros más preciados y lo tienen muy controlado. Básicamente no puedes acceder a lugares vallaos ni hacer fotos con flash, por lo demás, puedes visitar todo y durante el tiempo que quieras.
La tripitaka es la versión más antigua y completa de preceptos y escrituras budistas en caracteres chinos. Comenzó su elaboración en 1236 y se tardaron 16 años en finalizar todo el trabajo. Son 82.340 tablas clasificadas en 6.791 volúmenes. Cada una de estas tablas mide 68cm de ancho por 25 de largo.
Ya empieza a caer la tarde, y empiezo mi camino de vuelta hacia Daegu, donde cogeré mis coses y me dirigiré ya a una de las ultimas paradas de este viaje e Corea del Sur.