Día 17: Kaikoura
Estoy, ahora ya si, en mis últimos días de estoy viaje a Nueva Zelanda por libre. Ayer fue un día maratoniano en Lago Tekapo, Lago Pukaki y Monte Cook.
Esta vez he hecho noche en Christchurch, donde será mi base para emprender el camino de vuelta a casa. Desde aquí me levanto muy temprano, ya por última vez en este viaje y me dirijo hacia Kaikoura, donde haré mi última experiencia en este país con el avistamiento de ballenas.

Para camino a kaikoura desde Christchurch, no te llevara más de 2 horas por la carretera que sigue cerca de la costa.
Pueblo kaikoura
Es un pueblo tranquilo, donde viven del mar, ya que podréis ver un montón de pequeños puestos de comida callejera donde venden productos como pescado o marisco ya cocinados. Tiene una larga calle principal donde se concentra la mayoría de negocios y restaurantes. Cerca del centro hay el Point kean, donde podrás ver focas.
Point kean
Es necesario poder venir a uno de los puntos más visitados de la zona para poder ver focas en estado salvaje. A partir de este punto, puedes hacer varios senderos que recorren la costa hasta los acantilados South Bay, donde disfrutaras de un paisaje mágico y una colonia de lobos marinos. Este camino no te llevara más de 1 hora.
Avitamiento de ballenas
Whale Wach Kaikoura es la empresa que se encarga de realizar esta visita. Fue fundada por maoríes y buena parte del equipo del tour es maorí. Ofrecen entre 3 y 5 tours cada día, dependiendo del estado de la mar, y aseguran que si no ves Ballenas te devuelven parte del billete, que por suerte, no fue mi caso. Aquí te dejo la página oficial.
Una vez validada mi entrada, que compre con antelación para no quedarme sin, subes a un barco y te diriges mar adentro. Los nervios empiezan a salir, pues el barco cuando cree que ha detectado algo, para los motores y todo el mundo está en silencio. Después de la primer aparada de más de 15 minutos sin ver nada, oímos por la radio que están en otra dirección, pues vuelven a encenderse los motores y volvemos a ponernos en marcha. Llegamos al lugar, paran los motores y esperamos, esperamos, esperamos… hasta que al final oímos un ruido inmenso y vemos como una fuente sale del agua y con ella una ballena enorme. Lo mejor de todo es cuando desaparece todo el cuerpo, y al cabo de unos segundos, ves la inmensa cola. Realmente es una aventura increíble, sentir el ruido que hacen al respirar y ver como sumergen la cola. En pocos minutos estábamos rodeadas de varios ejemplares enormes, y pasamos una mañana increíble. Quizás más de una hora, pudiendo ver y sobre todo oír, aquellas imágenes increíbles.
Después del más que recomendable viaje en barco, regresamos hacia kaikoura, donde aprovecho para acabar de pasar el día y degustar la comida típica en los puestos callejeros.
Estoy apurando mis ultimas horas, sé que en cuando coja el coche i me dirija hacia, Christchurch el viaje habrá terminado, y realmente este es un país de donde jamás querrás irte.
Es casi oscuro, empieza hacer un poco de frío, así que no me queda otra que resignarme, coger el coche y hacer las poco menos de 2 horas de vuelta hacia Christchurch desde donde en un par de días, sale mi avión de regreso a casa.